Mano de Fátima Aguamarina

La Mano de Fátima o Hamsa es una mano simétrica proveniente del mundo árabe. Aunque su origen se remonta a la antigua Mesopotamia. Es utilizado como potente talismán para protegerse de la desgracia en general y del mal de ojo en particular.

Protege contra las enfermedades, aleja la mala suerte y atrae la buena suerte dado que la mano es la que guarda todo lo bueno de la vida y retiene la felicidad. Protege de todo mal deteniendo con la palma de la mano todas las influencias negativas que puedan surgir.

Originariamente, la tradición sostiene que está vinculado a la letra shin hebrea, afín al número 3, que le entrega una importante magia.

Además, guarda el secreto del número 5, por los cinco dedos, número asociado a los cinco sentidos humanos, a los elementos de la Tierra y a los colores primarios.

El símbolo de la mano es poderoso porque ésta hace posible la decisión, la ejecución, la sanación y la protección.

El aguamarina contrarresta las fuerzas de la oscuridad y procura el favor de los Espíritus de la luz. Es llevada por los marinos como talismán para no ahogarse. Favorece los viajes por mar. 

Psicológicamente, el aguamarina es afín a las personas sensibles. Tiene el poder de invocar la tolerancia de los demás. 

Calma la mente, retirando los pensamientos accidentales. Afila el intelecto. 

Protege el aura y alinea los chakras, limpiando el chakra de la garganta y trayendo comunicaciones de los planos superiores. También favorece la comunicación con los demás y es una piedra ideal para las personas que se dedican a la comunicación.

Es útil para los dolores de garganta, hinchazón glandular y problemas de tiroides. Esta piedra tiene un efecto tonificante general.